Encargado de Seguridad de un patio de la Zofri aún siente temor por lo que vio aquella noche:
"Era un poco más de las 3 de la madrugada y yo estaba en una garita. Tenía mi camioneta con las luces prendidas apuntando a los contenedores y de repente la perra echó a correr hacia ellos, y en ese momento yo la seguí. A unos 30 metros vi una silueta parada en uno de los brazos de una máquina retroescabadora que está trabajando ene l lugar... La perra estaba ladrando furiosamente bajo la máquina, y yo entré en pánico, porque lo tenía cerca..." aseguró que el animal o lo que fuese medía entre un metro setenta y un metro ochenta y que su cabeza era mucho más chica que el cuerpo, era como la silueta de una gárgola con unas alas enormes, aseguró.
En un momento ese ser lanzó un chillido que no coincide con ningún ave o bestia conocida sin moverse... despues de escapar (el testigo) el ser abrió sus alas y se fue volando tras los cerros.
Al pasar carabineros por ahí, el guardia les relató lo sucedido, ellos no le creían, pero nuevamente se escuchó el chillido, aun volumen muy alto, que alertó a los funcionarios.
Noticia extraida del Diario La Estrella de Iquique 24 de diciembre de 2010
"Era un poco más de las 3 de la madrugada y yo estaba en una garita. Tenía mi camioneta con las luces prendidas apuntando a los contenedores y de repente la perra echó a correr hacia ellos, y en ese momento yo la seguí. A unos 30 metros vi una silueta parada en uno de los brazos de una máquina retroescabadora que está trabajando ene l lugar... La perra estaba ladrando furiosamente bajo la máquina, y yo entré en pánico, porque lo tenía cerca..." aseguró que el animal o lo que fuese medía entre un metro setenta y un metro ochenta y que su cabeza era mucho más chica que el cuerpo, era como la silueta de una gárgola con unas alas enormes, aseguró.
En un momento ese ser lanzó un chillido que no coincide con ningún ave o bestia conocida sin moverse... despues de escapar (el testigo) el ser abrió sus alas y se fue volando tras los cerros.
Al pasar carabineros por ahí, el guardia les relató lo sucedido, ellos no le creían, pero nuevamente se escuchó el chillido, aun volumen muy alto, que alertó a los funcionarios.
Noticia extraida del Diario La Estrella de Iquique 24 de diciembre de 2010
