martes, 26 de febrero de 2019

HISTORIAS DE UN CHOFER: OVALLE.

Pedro, chofer de la ciudad de Ovalle - Chile.

Este verano tuve la oportunidad de visitar a un tío que vive en Ovalle, y me encontré con varias historias de las que transcribo dos de ellas que me parecieron muy simpáticas.

LOS ABUELOS.
Cierto día se detuvo para que subieran dos ancianos, un hombre y una mujer, el viejito llevaba una boina, los que llevaban dos grandes bolsas, como eran de edad avanzada les costaba mucho subir, se demoraron un buen rato, más con esas dos tremendas bolsas, se demoraban demasiado, hasta que sintió el golpe fuerte de la puerta del auto cerrándose.

Segundos después el chofer se giró para preguntarles a dónde iban, pero para su sorpresa el auto estaba vacío.

EL HOMBRE DE BLANCO.
En otra ocación le tocó llevar a una familia a un lugar llamado el Palqui, en un fundo, entraron en el fundo y entre medio de árboles de mandarinas llegaron a un espacio donde el camino estaba con barro, era una gran porción del camino con barro y agua, entonces uno de los pasajeros dijo: Será imposible que el auto pase por acá, así que seguiremos a pie.

Los pasajeros se bajaron y siguieron su camino, entonces el chofer se devolvió para volver a Ovalle, pero...
Cada vez  que creía encontrar el camino de salida del fundo, llegaba a un camino sin  salida, con mandarinas por todos lados, tantas veces sucedió esto que empezó a tener miedo, no encontraba la forma de salir, incluso una vez llegó al otro lado del charco de barro, entonces decidió subir por un camino que llevaba a un lugar alto de ahí escucho a un hombre que lo llamaba: ¡Oiga, por aquí!

Lo extraño era que este hombre estaba vestido de blanco entero. A pesar del miedo decidió seguirlo. Lo extraño era que este personaje de blanco corría más rápido que el auto, el chofer lo siguió a la mayor velocidad posible, y este personaje de blanco corría a toda velocidad, solo se veían las suelas de sus zapatillas.

Lo siguió por varios minutos, hasta que llegó a la salida del fundo.


Entrevista y fotografía realizada en febrero de 2019. Las historias más increíbles les pasan a los más humildes y sabios de nuestra sociedad.
Todo este trabajo va dedicado a personas respetuosas por los testigos de estas misteriosas historias. No a aquellos déspotas que creen que su "sabiduría" les da derecho de burlarse de todo el mundo.